Desde siempre hemos insistido en que todas las personas deberían tener un buen colchón. Dormir lo mejor posible es uno de los pilares básicos para el cuidado de la salud y, para poder conseguirlo,
uno de los pilares básicos a su vez es hacerlo sobre un buen colchón.
Pues bien, desde que apareció el malditovirus y muchas personas tuvieron que pasar a trabajar muchas horas desde casa, ha empezado a ser también un factor importante para el cuidado de la salud el tener una silla lo más ergonómica posible.
Nuestra espalda es una de las partes más frágiles del cuerpo, y tan importante como cuidar la forma de cómo nos sentamos son las sillas sobre las que nos sentamos. La mayoría pasamos tantas horas en ellas que suponen un elemento relevante en el estado de nuestra salud.
Y hablo en plural porque incluyo la silla del trabajo y la silla principal que tengamos en casa. Son tan importantes que, si alguna de las dos no es suficientemente ergonómica, aunque tengamos que pagarlas de nuestro bolsillo es una inversión que merecería la pena... y si no, preguntádselo a algún amigo o compañero que esté o haya estado de baja por dolores de espalda.
Comento esto con toda intención al empezar septiembre para que podáis beneficiaros de las rebajas si decidís comprar alguna. Y he mencionado la palabra inversión para que entendáis que no es un gasto por capricho o para dar envidia a alguien de nuestro entorno.