SaludTQ❤ 11                      Javier Dols Juste

 

«Tu correo quincenal con pinceladas sobre Salud, Emociones y Felicidad»

 

Una pincelada  sobre Salud

Pobrecito el nervio vago, que le han puesto ese nombre cuando es el nervio que más trabaja de todo el cuerpo. Y es que el nombre viene de una mala traducción, ya que le llamaron vagus pero con el significado de vagabundo, dado que los primeros anatomistas vieron que pasaba por todos los órganos del cuerpo.

 

Para compensarlo, le han dado el número de par craneal que se merece: el “10”. Sale del cerebro y recorre todo el tórax y el abdomen, dando ramificaciones al corazón, los pulmones, la faringe, la laringe, el esófago, el estómago, el hígado, la vesícula, el páncreas, el bazo, los riñones, el intestino delgado, el colon... o sea, a todos los órganos excepto las glándulas suprarrenales.

 

Es la base del Sistema Nervioso Parasimpático, la parte del Sistema Nervioso Autónomo que ayuda a regular las funciones vitales en estado de reposo: latido cardíaco, respiración, digestión, etc., en contraposición al Sistema Nervioso Simpático, que se activa cuando el cuerpo entra en alerta y tiene que decidir entre atacar o huir.

 

Y os ponía antes que es el nervio que más trabaja porque, si ya se sabía en todo lo que intervenía, desde que se están ampliando los conocimientos sobre la microbiota (el “zoológico” de microrganismos que tenemos, fundamentalmente en el tubo digestivo), también se está conociendo la importantísima información que el tubo digestivo aporta al cerebro a través del nervio vago.

 

Que sepáis también que es gracias al nervio vago el motivo por el que la práctica de la meditación como el mindfulness permite obtener tantos beneficios. Al centrarnos en la respiración (algo que podemos hacer en cualquier momento de las 24h del día los 365 días del año), conseguimos activar a través de él al Sistema Nervioso Parasimpático, desactivando con ello al Simpático.

 

Una pincelada sobre Emociones

Un libro que imagino que a estas alturas ya os habré mencionado es el de “Universo de emociones” , y uno de los aspectos que trata es el de las competencias emocionales. Por desgracia, a ninguno de nosotros se nos enseñó en ninguna de las etapas de estudiante cómo gestionar nuestras emociones.

 

Describe las competencias emocionales como “el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para tomar conciencia, comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales”, tanto los nuestros como los de los demás.

 

Las agrupa en 5 grandes bloques: 1. La conciencia emocional, 2. La regulación de las emociones, 3. La autonomía emocional, 4. Las competencias sociales, y 5. Las habilidades de vida para el bienestar. 1. La conciencia emocional incluye a nuestras emociones y las de los demás, en incluso los climas emocionales. 2. A la regulación emocional nos ayuda la relajación, la meditación/mindfulness, el yoga...

 

3. La autonomía emocional da un paso más y busca que podamos autogenerarnos las emociones apropiadas en cada momento. 4. Las competencias sociales están relacionadas con la inteligencia interpersonal que ya comenté, y 5. Las habilidades de vida para el bienestar abarcan también el bienestar de los demás, buscando en la rutina diaria impregnar la vida de emociones positivas.

 

Un dato que nos iguala a todos es que nadie nace con ellas; por tanto, todos tenemos que aprenderlas. Merece mucho la pena el esfuerzo porque, como dice esta frase de Daniel Goleman que recoge la psiquiatra Rosa Molina en su libro “Una mente con mucho cuerpo”: «Al menos un 80% del éxito en la edad adulta proviene de la inteligencia emocional».

Una pincelada sobre Felicidad

A raíz de releer el libro de Margarita Álvarez que os recomiendo en el apartado siguiente, me ha recordado que existe un país donde la preocupación por la felicidad de sus habitantes empieza por el rey y las autoridades políticas. Se llama Bután y está situado entre China e India, en la cordillera del Himalaya.

 

Sorprende que mide sus resultados no según su PIB, sino por su FIB: Felicidad Interior Bruta, siendo éste el indicador principal de desarrollo en lugar de la economía. Por eso se le ha dado en llamar “el país de la felicidad”.

 

Bután evalúa el bienestar general de su país sobre la base de un desarrollo socioeconómico sostenible y equitativo, la preservación y promoción de la cultura (manteniendo sus tradiciones), la conservación medioambiental (es casi una obsesión para ellos) y su buen gobierno. Su cultura estaba basada principalmente en el budismo.

 

Si buscas imágenes del país por Internet verás que el paisaje es idílico, con montañas, bosques, selvas y preciosos templos budistas. Es uno de los países más “verdes” del planeta.

 

¿No es una maravilla saber que en este mundo existe un país cuyas autoridades ponen el foco en propiciar la felicidad de sus habitantes?

 

Recomendación de alguna publicación

“Deconstruyendo la felicidad”, de Margarita Álvarez.

 

Para quien no la conozcáis, Margarita Álvarez ha sido nombrada por la revista Forbes como una de las 50 Mujeres más Poderosas de España y elegida tres años consecutivos como una de las TOP 100 mujeres más influyentes de España. Fue presidenta del Instituto Coca-Cola de la Felicidad y organizó dos Congresos Internacionales de la Felicidad, trayendo a España grandes referentes mundiales en este campo..

 

Una frase corta, fácil de memorizar:

“Nadie puede ser feliz si no se valora a sí mismo”

Lord Byron

***

 

Y hasta aquí este correo relacionado con el mundo de la salud, las emociones y la felicidad.

 

Sed felices, buscad la paz y cuidad de vuestra salud

Os lo desea de todo ❤ corazón

 

Javier Dols Juste
 

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