Bienvenido de nuevo febrero. ¿Por qué te adjudicaron solo 28 días en el calendario? ¿Tan rápido queremos dejarte atrás? No llegas a los 30 días, pero esta vez te estás haciendo eterno.
Febrero sin carnaval. Nada más que decir. No podía haber mejor metáfora para resumir en tres palabras el estado de ánimo colectivo. En la última newsletter os hablaba de la irritación creciente que andaba observando a mi alrededor y, como pasa con todas las cosas, esa sensación se ha ido transformando.
Estamos en pleno duelo. No el duelo de aquellos que han perdido a un ser querido, sino de todas las cosas que hemos perdido en el último año. Cualquier experiencia en la que sentimos la pérdida de algo que nos daba seguridad y bienestar, puede ser el desencadenante de un duelo.
La pérdida de nuestra salud o nuestras capacidades. La pérdida de un trabajo que nos proporcionaba medios y satisfacción. La pérdida de una relación o una amistad que pensábamos duraría toda la vida. La pérdida de pequeñas partes de nosotros, cuando la vida nos hace cambiar. La pérdida del tiempo que pasó y no volverá. En mayor o menos medida, pasamos por procesos de duelo una y otra vez.
Todo duelo transcurre en varias fases y la buena noticia es que ya hemos pasado por una buena parte de ellas en esta pandemia. Primero, la negación. Nos parece imposible lo que nos está ocurriendo, quizá incluso le restamos importancia. Le sigue la ira. Las emociones se hacen dueñas de nosotrxs. Sentimos frustración e impotencia ante la pérdida que estamos viviendo. De ahí, la negociación. Buscamos formas para revertir la pérdida. Ni modo, llegamos a la depresión. La dimensión de la nueva realidad se hace patente, nos retraemos, sentimos el dolor por lo que hemos perdido. Finalmente, la aceptación. Asimilamos la pérdida y hacemos las paces con ella. Crecemos a partir de la experiencia.
Febrero sin carnaval. Gris. No te contábamos como mes perdido, pero empiezas a sentirte así. El grupo alemán OK Kid te dedicó una canción solo a ti, y me gustaría compartir una parte con vosotrxs.
Se te daba bien encoger las grandes metas
Y ahora estás de vuelta otra vez
Lo último que necesito, lo mejor que tengo
Tu belleza permanece escondida dentro
Solo lo que te sobrevive, importará mañana
Tropiezas y tomas mi mano
Tapo los agujeros de la pared
Es febrero de nuevo
Sabía que así sería
Finalmente estoy de vuelta donde comienza
Incluso si casi nadie aquí te extraña
¿Qué sería el año sin ti?
He maldecido
Tus 28 días de visita
Finalmente febrero de nuevo
Nadie se ríe más frío en mi cara
¿Qué sería el año sin ti?
Nada, nada, nada, nada...
¿Qué sería la vida sin las pérdidas? Lo sabes bien, ¡nada! Ya sé que es cliché, pero son los momentos más duros, los que brindan mayor crecimiento. No me habría imaginado encontrar palabras de consuelo en una canción de hip hop alemán. Son tiempos raros... Así que antes de despedirme quiero dejarte con este mensaje. Aunque el panorama no esté para tirar confetti, no olvides que todxs estamos en mayor o menos medida pasando por lo mismo. Usa este momento para conectar con la compasión a nivel colectivo y déjate sentir la pena de haber perdido tantas cosas en los últimos meses (y los que aún nos queden). Ten presente, que todo en la vida es pasajero y esto también, pasará.
Y como siempre, ¡cuídate mucho!
Con cariño, Anavi
