Hola,
Llegamos a junio y en RecordArte no paramos, vienen nuevas historias y nuevas ideas para estar siempre en contacto con ustedes, nuestros oyentes, que son quienes mantienen vivo este proyecto. Pero aquí en el equipo no solo hablamos de las historias que se vienen, volvemos una y otra vez a las que hemos narrado en temporadas anteriores, y es que cada uno de esos relatos se nos quedó pegado en el corazón, es como si ahora no solo tuviéramos nuestra forma única y personal de ver la vida, sino que cada una de esas voces ahora se instalara allá, en un huequito de nuestro cerebro, y nos hiciera detener, girar y ver la vida desde otro punto de vista. En una de las últimas reuniones que tuvimos con Paola comentábamos cómo, sin pensarlo, llegaron a RecordArte historias de personas que han estado involucradas de una u otra manera con el conflicto armado en Colombia: Julio, Mauricio, Yessica, Xiomara, nos dejaron ver en sus historias que hay un montón de gente trabajando y tratando de comprender la guerra en Colombia desde un lado más humano; personas que pudiendo quedarse en el lugar más cómodo de la historia, decidieron salir a escuchar el dolor y poner su granito de arena en la reconstrucción de un país quebrado.
A mí me quedó retumbando esto que hablamos, y es que, sumado a estas conversaciones, escuché el podcast 17 años y un minuto, un podcast narrativo sobre el informe de la comisión de la verdad (una recomendación de Paola), que me dejó con un hueco enorme en el pecho. Y es que, hablo por mí por supuesto, es muy fácil y cómodo horrorizarse los 30 minutos que dura el noticiero en la televisión, o leyendo el ensayo o crónica de algún periodista o académico, es fácil ignorar la guerra mientras mi vida continúe normal: trabajar, comer, dormir, compartir con mis amigos; es fácil mientras yo no extrañe a nadie, o desconozca el paradero de alguien que amo. El conflicto armado colombiano para mí siempre estuvo ahí, pero nunca me atreví a mirarlo de frente como hicieron nuestros protagonistas; y no, espero no me mal interpreten, no vengo de regañona ni echando culpas, es solo que de todos estos relatos me queda algo clarísimo, y es que ser empáticos con la vida, el dolor y los miedos de los otros no es una tarea imposible.
Escuchar, que es lo que hacemos en RecordArte, es la tarea primaria y fundamental que todos deberíamos fijarnos como meta, a los otros y a nosotros mismos, así seguramente nuestras miserias serían mas llevaderas y nuestras alegrías ¿Por qué no? Muchísimo más grandes.
Spoiler: En nuestra tercera temporada también habrá historias de estos tesos de la humanidad, ¡yuju!
Feliz inicio de mes para todos.
Nidia Herrera Ospina
Productora y editora general