En los días de hoy...

Editorial

Inevitable hablar de pandemia en esta edición. Y darle el toque de la visión espírita.

Uno cuando empieza a estudiar y a comprender el Espiritismo ve como los horizontes de sus ideas y comprensión de la vida toman dimensiones y sentidos mucho más amplios. Si hemos sabido tener presentes las enseñanzas de Jesús a lo largo de los últimos meses, seguramente esto nos ha dado fuerza para mantener la confianza y equilibrio, dentro de las circunstancias y realidades de cada uno. Eso porque son enseñanzas que tienen como base el amor, que es la base del equilibrio universal.

Todos hemos vivido o estamos viviendo la pandemia como experiencias personales de manera distinta. Sin embargo en general, probablemente, han sido o están siendo intensas, en diferente grados con diferentes interpretaciones, pero intensas. El Espiritismo ofrece consuelo a cada una de ellas, por eso creemos en su divulgación, para eso este grupo de colaboradores os ofrece estos textos. ¡Que sirvan de consuelo para nosotros y para todos los lectores de VE!

¡Un fuerte abrazo a todos lectores!

Marcello Pagnotta 

MOMENTOS DE REFLEXIÓN

Por María Jesús Briega

Momentos de reflexión, conocimiento, introspección y autoconocimiento. Reconocimiento de lo que tiene precio y lo que tiene valor. 

La Humanidad está en un proceso transitorio en el que todos sus habitantes estáis en constantes pruebas y cambios que os ayudan en vuestro progreso y evolución. 

Es hoy, no mañana, sin demora, cuando tenéis que deshaceros de las máscaras que os revisten y ocultan aparentemente vuestras imperfecciones sin permitir vislumbrar vuestras virtudes verdaderas e inherentes. 

Es hora de actuar desde la honestidad y la autenticidad, desde la solidaridad y el altruismo elevado a su máxima potencia. 

Debéis reflexionar todos y en TODO como Unidad Planetaria. 

Observaros desde vuestro interior hacia lo externo, comprobando que nada es tan ajeno a vosotros como os estabais auto engañando. 

Millares de personas, como tú, como vosotros que me estáis leyendo, están volviendo a la patria espiritual, como nunca hubieran imaginado. 

Inmenso dolor por parte de ellos y descomunal impotencia al mismo tiempo, por parte de los familiares y amigos más allegados. 

Estamos observando que esos sentimientos se expanden y comparten en la sociedad. 

No busquéis ni caigáis en las trampas de las falacias del oportunismo y carencia de escrúpulos. 

Interiorizad hasta el fondo de vuestro corazón y de vuestras almas, dando la bienvenida a lo mejor de cada uno de vosotros. 

Recepcionad y almacenad pensamientos positivos y elevados, convivencia y vivencia, basada en la humildad, con agradecimiento continuo del día a día, del segundo a segundo. 

Si no es posible velar a vuestros seres queridos desencarnados, hacedlo con el pensamiento y la más estricta intimidad que os concederá la alianza y comunión con ellos, desde el recuerdo y la experiencia compartida. 

Consolaros los unos a los otros, sin reproches ni competencias. No es el momento ni ahora ni debe serlo más. 

¿Qué más pruebas necesitáis para convenceros que todos somos iguales? Igual de fuertes y de frágiles al mismo tiempo. 

Lo que calificáis de manera inoportuna e incorrecta razas, diferenciadas por color de piel, de religión y creencias, diversidad de culturas, fronteras mentales y sociales, son sólo imaginarios que caducan en el momento histórico actual. 

La historia de la Humanidad cambia y la conciencia despierta con el cambio. 

Aprendamos de esta situación, uniros en la lucha sin peleas y abrazaros por una misma ideología y pensamiento: el Amor.