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  • SALA TOMADA

Lo queer y la legitimidad

La clase de Formación docente del sábado 26 de octubre sobre la obra Testimonios para invocar a un viajante tuvo como invitado en la sala del piso 11 al investigador y docente Nicolás Cuello, especialista en culturas queer trans alternativas, quien desmenuzó la lucha por categorías que incluyen a todes.

Por Yago Bentivenga


Nicolás Cuello, investigador del Conicet, transitó los cruces entre el arte y la política de género en el marco de la anteúltima edición del ciclo de Formación Docente 2019. Esta vez le tocó a la obra Testimonios para invocar a un viajante en una charla llena de historias y análisis con la presencia del autor Patricio Ruiz y la directora Maruja Bustamante.

Una historia de amor que poco entiende de impedimentos, transgrede el teatro tradicional y transforma el salón dorado en un boliche llevando el universo drag queen y king a lo más profundo del Teatro Nacional. Nicolás Cuello define a la obra de Patricio Ruiz como una autoficción que viene a romper el archivo del texto. La obra retoma las diferentes formas de transformismo y lleva la intimidad como bandera en busca de otras formas de habitar el Estado, mucho tiene que ver con la cotidianeidad y la identidad. El término queer fue uno de los puntos más relevantes del encuentro: Cuello lo definió como el modo no legítimo de hacer. Pero, ¿de hacer qué?: de vestirse, tener sexo y sobretodo, de hacer política. En algunos países “lo queer” es la homonorma y hay una imagen muy definida que lo relaciona con lo andrógino y una fuerte determinación sexual. En otros términos, se lo piensa como un tercero, algo más allá del binarismo que desea estar por fuera del poder. Lejos de usar la palabra “gay” como un término paraguas que abarca todo, el docente citó a Sajack Valencia, filósofa feminista y activista queer mexicana, quien lo define como una condición de exceso de lo legítimo.



Sin embargo, la sexualidad nunca se deja de pensar y repensar. Como una introducción al recorrido histórico por el mundo drag que conocemos hoy, Cuello se situó en los años posteriores a la última dictadura cívico militar cuando ocurre lo que muchos denominan el “destape cultural”: una explosión de la producción artística que aparece en diversos países, fomentada por las nuevas democracias en busca de distanciarse de la censura y opresión que venían viviendo los países latinoamericanos años anteriores. En ese contexto, hay una insistencia política por ocupar los espacios y la ciudad que le dan significado e importancia a la explosión del arte en los años 80. Desde este punto de partida, se refirió a la lucha de la comunidad LGBTIQ+ (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales, queer y el signo más, que representa a otras identidades dentro de la diversidad sexual). El surgimiento de las primeras revistas pornográficas gay en Argentina son clave para entenderla: el “bastardo” de la revista porno, aparece como una nueva forma de imaginación política desde el sexo y como un nuevo medio de visibilidad para la diversidad sexual. A través de entrevistas a lesbianas y a diferentes miembrxs de la comunidad en revistas como Shock, Destape y Diferentes, se abrió un nuevo modo de encontrarse.



En 1984, la revista Sucesos publicó en su portada una foto de Carlos Jáuregui, activista gay y primer presidente de la Comunidad Homosexual Argentina, junto a su pareja. En contraposición, un medio de difusión pornográfico publicó una nota llamada “Espaldas a conocer” donde aparecían varios hombres desnudos de espalda a la cámara en forma de crítica a la imagen de portada que puso a la homosexualidad en la agenda de la semana. Su cuestionamiento hacía resonar en la comunidad varias preguntas: ¿quiénes pueden ser mostrados? ¿quiénes pueden representarnos? Las respuestas estaban en lo expuesto por la revista Sucesos: el gay más heteronormado y hegemónico es quien tiene visibilidad y un lugar en las portadas. Este hecho, en relación con la obra, denota un gran contraste que se muestra explícito en las palabras que el autor escribe en el programa de mano que se entrega a los espectadores antes del espectáculo: “Habitar los márgenes, pensar nuestras identidades desde ahí, desde lo fronterizo”. Una vez más, las revistas porno son quienes dan lugar a difundir la diversidad y disputar los espacios de visibilidad en tiempos difíciles.



Por último, la clase retomó lo visto sobre el escenario: una habitación, una terraza, una cocina y unx viajante que es marcado a través de los años por las personas que se cruzan en su camino y, de una manera u otra, forman parte de su vida. Desarmarnos y rearmarnos una y mil veces. Corrernos de lo impuesto. Desentendernos y volver a entendernos. Cuello no ve a la desidentificación como un rechazo a las normas, sino como una experimentación lúdica con ellas. Finaliza el encuentro con una afirmación que comprende desde los propósitos de la comunidad LGBTIQ+ hasta la historia que deslumbra Testimonios para invocar a un viajante: el archivo de la historia política sexual refleja que la fantasía es el horizonte de subordinación más concreto que tenemos.

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