Me gusta hablar de gestionar la salud porque es como elevar el cuidado de la salud a un nivel superior. Es utilizar la cabeza en el cuidado de la salud, sin guiarse tanto por lo que me apetece o no me apetece.

Gestionar la salud es lo más parecido a gestionar el dinero: si no lo haces con cabeza, te vas a tirar de los pelos cuando te falte. Y es que todos tenemos que contar con que, según avancen los años, irá disminuyendo nuestra salud. No valoramos la salud hasta que nos falta.

Si te gustan mucho los zapatos puedes comprarte algunos de vez en cuando, pero controlando el dinero que empleas y el que te queda. Pues algo parecido deberíamos hacer con relación a la salud al elegir si de postre tomamos una fruta o un pastel.

Guiarse sólo por lo que nos apetece, sin tener en cuenta la repercusión que tiene sobre la salud, hace que de momento nos sintamos felices, pero que a la larga nos lamentemos porque ya no tiene vuelta atrás.

El caso es que, llegados a este punto, hay dos aspectos de la comparación que por desgracia no valen: a alguien le puede sobrar dinero pero a nadie le puede sobrar salud, y a alguien le puede tocar en una lotería mucho dinero pero a nadie le puede tocar en una lotería mucha salud.
 

Qué mejor emoción para hablar de ella que hacerlo sobre el amor. Y es que el amor no es sólo una emoción, sino que también es un sentimiento, un estado del alma, una cualidad del ser humano… De él se dice que se la emoción más compleja que existe.

Nada más difícil que definir el amor. Hay una definición por cada persona. Es más, incluso cada persona si se le pregunta tiene varias definiciones de amor. Ni siquiera la Real Academia de la Lengua Española tiene una única definición de amor.

Erich Fromm, en El arte de amar, recoge muchos tipos de amor: de pareja, de padre/hijo, de hermano, de amistad, narcisista, religioso, erótico, platónico, material y social. En todos se puede dar y recibir infinito amor, como para llenar 100 corazones.

Por otro lado, se evitarían muchos disgustos y decepciones si conociésemos, como explica Elsa Punset en su Brújula para navegantes emocionales, que hay 5 formas de expresar amor: las palabras, el contacto físico, el tiempo de calidad, los actos de servicio y el lenguaje de los regalos.

Considero que tiene tanta importancia el amor que le dedico el último capítulo de Tu mejor medicina eres tú: “Tú eres tu mejor medicina porque puedes estar lleno de amor”. Acabo el libro con esta frase: «Te animo, por tanto, como punto final, a que introduzcas el hábito de impregnar de amor todo lo que haces, sientes y vives, porque serás más feliz y estarás mejor inmunizado antes las enfermedades del cuerpo y del alma».
 

Estando recientemente en un Congreso sobre Energía y Felicidad organizado por Telva escuché a Margarita Álvarez, la autora de “Deconstruyendo la felicidad” y elegida como una de las TOP 100 mujeres más influyentes de España, que coleccionaba definiciones sobre felicidad.

Os presento cuál es la mía, que a ella también le gustó: “Felicidad es ausencia de necesidad”. Otra forma similar de expresarlo es “No es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita”.

Por tanto, deberíamos asociar siempre la felicidad al desapego. Desapego de las personas y desapego de las cosas. Nada más fácil para perder la felicidad que sentir que necesitamos el cariño de alguien en concreto o que tenemos que comprar algo para poder ser felices.

Una forma de poder explicar por qué el mindfulness es tan efectivo para ayudarnos a ser más felices es porque va ayudando a que nuestro cerebro se vaya pareciendo más al cerebro de un monje budista. Consigue que vayamos encontrando más paz en nuestra vida, y esa paz nos lleva de la mano hacia el bienestar y la felicidad.

Así que el camino más sencillo, más directo y más práctico para ir sintiéndonos cada vez más felices y de una forma más estable es buscando y encontrando la felicidad dentro de nosotros. Es una ardua tarea porque requiere leer, aprender y reflexionar, pero te aseguro que es de lo más gratificante.

Recomendación de alguna publicación

Te quiero esta vez recomendar una auténtica joya en forma de mini libro: “Biografía del silencio”, de Pablo d’Ors.

Explica de una forma breve, sencilla y práctica los beneficios que nos aporta la práctica de la meditación, de la atención al momento presente.

Comenta cómo todos pensamos demasiado. Pensar debería ser como el comer: un rato por la mañana, otro rato en mitad del día y otro rato por la noche. Y el resto del día a disfrutar de que somos los animales más privilegiados, porque nadie nos va a poder comer. Sin embargo nos sentimos los animales más desgraciados.

Y es que no paramos de pensar, y para llenar tanto pensamiento nos vamos al pasado, que ya no vamos a poder cambiar, y al futuro, que no vamos a podemos controlar. Y así nos perdemos el presente, que debería estar lleno de felicidad porque al menos en nuestro entorno tenemos comida, agua, ropa, techo, asistencia sanitaria y familia y personas que nos quieren.

El libro por tanto nos va a ayudar a encontrar el antídoto ante tantas cosas generadoras de estrés que nos rodean y nos quitan la energía en el día a día.
 

La empleo mucho para explicar a los pacientes que no por pasar más horas en la oficina estamos siendo más productivos si eso nos lleva a descuidar la alimentación, el ejercicio y el sueño.

Y hasta aquí este primer correo relacionado con el mundo de la salud, las emociones y la felicidad.

Sed felices, buscar la paz y cuidaos mucho

Javier Dols Juste